Un sábado, mi amigo Xavier, me dejó las llaves de su casa, para que le regara las plantas.
  El se había ido a la playa de Cambrils.
  Ese día cuando quería ir a su casa no encontré las llaves. ¿ Que podría haber pasado ?, por un momento me asusté, ¿ que le diría a Xavier cuando volviera?.
  Las busqué por todos los rincones de la casa, pero no estaban.
  Por un momento pensé, y se me encendió una bombilla encima de la cabeza y se me ocurrió que podría llamar a mi amiga Cristina.
  Cuando llegó empezamos a buscar, pero no las encontramos. Entonces, Cristina me dijo si le podía dar un caramelo, después me puse la mano en el bolsillo y ….... ¡ Allí estaban las llaves !.
  Cuando llego Xavier de la playa me preguntó.
  ¿ Me has regado las plantas ?. Yo le dije que sí y le di sus llaves, y él me dio las gracias.
Mar Canchal